¿Qué duele más que no tener corazón? El desamor

Uno cuando cumple una cierta edad, va notando que el cuerpo le pide otra serie de emociones. Atrás han quedado las tardes de jugar a la pelota en la calle o intercambiar cromos en la puerta del colegio; ya no es lo mismo quedar con los colegas para hacer un maratón de cine porno hasta que te sangren los cayos de las manos. El cuerpo te pide emociones fuertes, te pide que busques una tía que haga las pajas por ti, que busques alguien que haga el trabajo sucio y te haga sudar.

Para eso Dios creó a las mujeres. Es una de las misiones fundamentales, la otra es la de arruinarte la vida siempre que puede. Por suerte, siempre hay una que te ve, le das pena y dice: venga, a este le voy a arreglar yo la vida, que las de mi sexo ya le han jodido bastante; pero esta parte la dejaremos para el final.

Ahora vamos a hablar de una situación por la que ha pasado infinidad de gente y varias veces a lo largo de su vida. Hablaremos del desamor. El desamor es esa consecuencia de pasar un rato agradable con alguien que piensas que es la media naranja que has estado buscando siempre.

Un día te presentan a una persona con la que puedes hablar, te hace sentir la persona más especial del mundo, te hace olvidar todos los problemas y lo más importante, no te has acostado con ella nada más conocerla, es más: no te pones como el coyote cuando ve al correcaminos. Piensas: esta es especial. Van pasando los días y te ves más enchochao que un niño con la Wii por reyes, no piensas en otra cosa y te armas de valor para decirle un día que quieres algo más. Tu has pasado de señales, no la has besado pero sabes que quieres estar con ella toda la vida. En fin, compra una pala para empezar a cavar tu tumba compañero, estás perdido.

Cuando tu das el paso, parece que esa persona se paró en seco y aprovecho que te veía la espalda para empujarte por el precipicio. Cuando estás en caída libre esa persona te dice: yo te quiero, pero como amigo, eres una persona increíble pero yo no te merezco.

¡Joder! ¿Pero cómo podemos llegar a ser tan falsos? Con tal de no reconocer que no sentimos nada por esa persona, preferimos quedar como gilipollas, a reconocer que esa persona no nos interesa. Claro, pensamos que así no hacemos daño, pero lo que realmente hacemos es ¡quedar como auténticos subnormales!

Claro, tu en tu enamoramiento animal piensas, esta se está poniendo difícil y crees que lo mejor es actuar como en las películas. Ir a sorprenderla en el trabajo e invitarla a cenar es una buena opción. ¡Si claro! Compra un cinturón de dinamita y vete a saltar por las hogueras de San Juan de paso.

Pero las excusas, son más amplias. ¿Qué me decís de esa de: acabo de salir de una relación y no quiero nada serio? o la de: necesito tiempo para ver que siento por ti. ¿Tiempo? Pero si los años pasan más rápido que el AVE camino de Barcelona, que más que un tren ¡parece un canguro, tanto saltar agujeros!

En fin compañeros, no nos enamoremos. Hagamos como los caracoles, ¡autoamor al poder!